"Así comenzó o continuó la historia
Eterno infinito e ingenuo el momento, aquella mañana de sábado donde las manos se llenaron de humedad, los ojos de sudor cegante y ardoso al no dominar los botones de una cámara mirorless; sencilla y dramática. Las fotos volaban en la mente, sin embargo los dedos no funcionaban, era esa terrible sensación de estar inválido para poder reaccionar.

Tuve que repetir esa experiencia varias veces, varias bastantes veces, hasta que me volví casi un frío insensible de los sentidos, de juiciosa y aniquiladora mirada, con ambición y oportunos gustos, para saber jalar el gatillo sin piedad.

Y así comenzó, o continuó la historia..."
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